Lectura inicial salmo 121
A las montañas levanto mis ojos; ¿de dónde ha de venir mi ayuda?
Mi ayuda proviene del Señor, creador del cielo y de la tierra.
No permitirá que tu pie resbale; jamás duerme el que te cuida.
Jamás duerme ni se adormece el que cuida de Israel.
El Señor es quien te cuida, el Señor es tu sombra protectora.
De día el sol no te hará daño, ni la luna de noche.
El Señor te protegerá; de todo mal protegerá tu vida.
El Señor te cuidará en el hogar y en el camino, desde ahora y para siempre.

 

Oración pidiendo la presencia del Señor:
Dios eterno, como nuestro padre y nuestra madre, nos encomendamos a tí en esta hora. Queremos pedirte tu ayuda y tu presencia, tu protección cariñosa y tierna. Danos la paz y la serenidad que de tí necesitamos en este tiempo.

 

Podemos seguir este pasaje bíblico como guía de oración familiar. Mateo 8: 23-27:
Todos: Luego subió a la barca y sus discípulos lo siguieron.

 

Oración 1: Oramos en gratitud por presencia del Señor: A donde quiera que vayamos tú  está con nosotros. cualquier rumbo que emprendamos tú nos acompañas y nunca nos  abandonas. Sea en la ciudad o en el campo, sea por tierra, cielo o mar, tú Señor nos acompañas.

Todos: De repente, se levantó en el lago una tormenta tan fuerte que las olas
inundaban la barca.

 

Oración 2: Y aunque estás con nosotros Señor, las tormentas llegan al mudo y a nuestra vida.
Vemos cómo continúan los miles de refugiados por entrar a Europa? y no les deja.Vemos  cómo les atacan y les lanzan bombas lacrimógenas.
Vemos como les dan las espaldas los gobiernos y están en tierra de nadie?.
Vemos como la pandemia del coronavirus se expande. Inició en China, Irak, Corea,
Japón, ha continuado en Italia y en Francia y ahora también aquí en nuestra tierra. Hay  muchos enfermos y otros más tienen miedo. Hay confusión e impaciencia en muchos corazones.
Oímos que crece el número de enfermos y que debemos tener precaución con los que  tocamos, por dónde nos movemos y a quienes abrazamos.

 

Oración 3: Pero Señor, ¿Estás dormido? ¿Es que no estás atento a lo que hacemos?
Hay temor, hay dolor y hay desesperación al rededor nuestro y en nuestra ciudades y pueblos. Los niños no van al colegio, los ancianos deben cuidarse de más, hay que separarse, tomar distancia unos de otros?
Señor clamamos en este tiempo.
Todos: ¡Señor, dijeron, sálvanos, que nos vamos a ahogar!

 

Oración 4: Encomendamos a tí emprimar lugar a los refugiados. Los que siguen en las fronteras inmisericordes de los países. Te pedimos por los niños, las mujeres
embarazadas, por las familias separadas. Por eso que buscan alternativas peligrosas para pasar las fronteras. Sé tú con ellos Señor, acompáñales.

 

Oración 5: Te pedimos por esta pandemia en nuestra tierra:
Por los que están enfermos los hospitales?
Por los médicos y las enfermeras?
Por el personal de limpieza y administración?
que no falten los medicamentos, ni las camas de hospital?

 

Oración 6: Te pedimos por los ancianos y los más vulnerables a esta enfermedad?
Te pedimos por los que están intranquilos y con temor?
Te pedimos por los que tienen que viajar a otras ciudades o países?
Te pedimos por los que tiene que dejar de trabajar para estar en casa?
Te pedimos por los que no pueden estar en casa y salen a trabajar?
Todos: Hombres de poca fe, les contestó, ¿por qué tenéis tanto miedo?

 

Oración 7: Señor te pedimos por tu iglesia, que podamos mantenernos y animar a otros en la fe y la esperanza?
Que tu iglesia y como familia sepamos dar palabras de ánimo?
Que tu iglesia y como familia podamos esperar en tí?
Que tu iglesia y como familia seamos solidarios y prudentes en este tiempo?
Que tu iglesia y como familia permanezcamos en tí.
Todos: Entonces se levantó y reprendió a los vientos y a las olas, y todo quedó
completamente tranquilo.

 

Oración 8: Señor:
Confiamos que tú estás al frente de todo?
Confesamos que no nos dejas ni nos dejarás?
Declaramos que estás por encima de todo?
Confiamos que estamos en tus manos?
Confesamos que tu voz nos das la paz?
Declaramos que eres quien nos salva?

 

Oración 9:
Dios es nuestro amparo y fortaleza,
Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida,
Y se traspasen los montes al corazón del mar;
Aunque bramen y se turben sus aguas,
Y tiemblen los montes a causa de su braveza. (Salmo 46:1-3)

 

Oración 10:
El Señor es mi pastor; nada me faltará.
En lugares de delicados pastos me hará descansar;
Junto a aguas de reposo me pastoreará.
Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores;
Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
Y en la casa de Jehová moraré por largos días.